25/10/09

Cuestión de fe

Marta Carrasco y Jan Fabre estrenan dos contundentes espectáculos, intencionadamente provocadores, acerca de lo religioso
24.10.09, EL PAÍS (ES). Históricamente, la relación entre las instituciones religiosas y la danza no ha sido demasiado amistosa. Los credos puede que sean diferentes pero casi todas las religiones coinciden en que si es relativo al cuerpo usualmente es pecado y la danza, que en esencia es puro cuerpo en acción, parece blanco fácil para la Inquisición. Prohibida por los católicos en sus momentos de apogeo o desdeñada por islámicos y evangélicos, la danza ha vivido siempre cargando con su connotación pagana, acusada de ser corporal, atacada en su propia naturaleza. Pero una mirada rápida al desarrollo de este arte en el desprejuiciado siglo XX permite constatar que, a pesar de reprimida y vilipendiada, la danza no ha querido vengarse ni pronunciarse aunque insistentemente haya tocado y usado el tema religioso desde las aristas más diversas, y con los intereses más inesperados. De ahí que sorprenda la repentina coincidencia en nuestros escenarios de dos contundentes espectáculos, intencionadamente provocadores, acerca de lo religioso.

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