Pakistán: asedio a sede militar ilustra el fiero retorno de los talibanes

11.10.09, UNIVISIÓN (US). El audaz asedio de los talibanes al cuartel general del poderoso ejército de Pakistán demuestra, según los analistas, que la amenaza islamista en este país, dotado de armas nucleares, está lejos de ser aniquilada. El gobierno y las fuerzas armadas paquistaníes han anunciado con bombo y platillo sus éxitos militares contra los talibanes en el valle de Swat, en el noroeste del país, y aclamaron la muerte del líder de los islamistas, Baitulá Mehsud, en un ataque estadounidense con misil el 5 de agosto. Pero en lugar de encadenar la ofensiva de Swat con una vasta operación en las zonas tribales del noroeste, el ejército cometió el error de dejar tiempo a los insurgentes para reagruparse y llevar a cabo un brutal retorno. Con cerca de 2.200 insurgentes muertos en el región, el ministro de Interior afirmó haber "partido el espinazo" de la insurrección. Pero un ataque contra una oficina de Naciones Unidas que dejó cinco muertos en Islamabad el lunes, un atentado suicida con coche bomba que mató a 52 civiles en Peshawar el viernes y este espectacular ataque en la ciudad guarnición de Rawalpindi ponen en entredicho tal afirmación.