14/11/09

Símbolo de autocracia

11.11.09, EL PAÍS (ES). Recuerdo, y de esto hace casi 25 años, que en cierta ocasión un abogado de Sevilla antes de iniciar un juicio invitó al magistrado de la Sala a retirar el crucifijo que presidía la mesa. Aquel magistrado le dijo que no se preocupara; que la sentencia no la iba a dictar en nombre del crucifijo sino en nombre del Rey al tiempo que le invitaba a retirar de su propia mano el crucifijo. El juicio se celebró y aquel letrado dejó el Cristo en la sala. Eran tiempos que, aún conociendo que España y los poderes debían mantener una neutralidad religiosa y en los actos oficiales no debía estar ocupada esta simbología, no se cumplían estos preceptos constitucionales. Se empezaba a andar en el Estado democrático. Sin embargo, banderas, crucifijos y Franco, unas veces a caballo y otras como le viniera en gana, seguían ocupando y presidiendo de hecho el Estado de derecho. Ha pasado ya algún tiempo, y algunas cuestiones siguen igual. La de que el crucifijo presida los colegios sigue siendo una de ellas. Banderas inconstitucionales, galápagos y los caballos del caudillo han quedado archivados. Pues bien, en esto de los crucifijos, siempre que hemos pedido su retirada de los colegios se nos ha tachado de todo tipo de radicalismo cuando no de ofensas a la historia y al humanismo.

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