
21.06.09, Yolanda Monge, en EL PAÍS (ES). Hay coches en las calles de Wichita (Kansas) que llevan una pegatina que reza: "El doctor Tiller es mi héroe". Ninguna se ve ahora en los parachoques, después de la tragedia, de aquellas que decían: "Tiller, the killer" ("Tiller, el asesino"). Pero las hubo. Hasta que unas balas diparadas a la cabeza acabaron el pasado 31 de mayo con el doctor George Tiller, de 67 años, uno de los tres únicos médicos que en Estados Unidos practicaba abortos a mujeres en avanzado estado de gestación. Fue asesinado por Scott Roeder (51 años), un fundamentalista religioso del ojo por ojo. Lo consiguieron a la tercera (atrás quedó la bomba en su despacho de 1986 y el intento de asesinato de 1993). Su muerte le ha elevado a la categoría de leyenda y, por ahora, ha silenciado al escandaloso, y a veces demagógico, movimiento pro vida que quiere poner toda la distancia posible entre su ideario y un asesinato a sangre fría ante una iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario