De los cinco modelos de relación entre el Estado y las religiones, el laico es el que mejor asegura los derechos de todos, creyentes o no. Pero la Iglesia, nostálgica del Estado confesional, intenta desprestigiarlo
02.06.09, Paul Cliteur, en EL PAÍS (ES). El arzobispo Silvano Tomasi, observador del Vaticano ante la ONU, dijo no hace mucho (EL PAÍS, 24 de marzo de 2009) que la Iglesia está preocupada por el "laicismo agresivo" de algunos países europeos. La expresión me dejó algo perplejo. ¿Qué quería decir con eso tan distinguido clérigo? ¿Significa para él que el laicismo es en sí mismo una actitud política digna de alabanzas, y que sólo quedaría viciada si fuera defendida por métodos "agresivos"? Tal vez esté yo confundido, y el observador vaticano considere en el fondo que el laicismo es agresivo en sí mismo.
2/6/09
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