29/7/09
Una tradición insostenible
29.07.09, Anxo Guerreiro, en EL PAÍS (ES). La ofrenda que por delegación de un jefe del Estado (laico) se celebra todos los años en la catedral compostelana con motivo del 25 de Xullo es un anacronismo histórico, el residuo de un pensamiento político y religioso que sólo se explica desde la nostalgia del privilegio, cuando la Iglesia disputaba con éxito al Estado el derecho a decidir el bien público. Un pensamiento que añora los tiempos en los que la unidad política exigía compartir una misma fe. El discurso que el pasado sábado pronunció el arzobispo de Santiago, monseñor Barrios, es un ejemplo paradigmático de esa concepción transnochada y una expresión recalcitrante de un talante impertérrito ante el signo de los tiempos. Lo que subyace a estos planteamientos es la resistencia de la Iglesia, con la increíble complicidad de los poderes públicos democráticos, a reconocer el Estado no confesional y a aceptar el pluralismo político, ideológico y religioso de la sociedad española.
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