
06.07.09, Rossend Domènech, en EL PERIÓDICO (ES). «Mientras el banco del Vaticano no adopte las normas antiblanqueo y asuma los acuerdos bancarios internacionales, siempre habrá alguien con la tentación de usarlo para negocios sucios». Lo afirma Gianluigi Nuzzi, que tuvo la suerte que muchos desearían: un día, alguien llamó a su puerta, ofreciendo dos maletas con un archivo entero de documentos sobre las finanzas del Vaticano, especialmente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), corrientemente conocido como banco del Papa. Dentro de las dos maletas que recibió Nuzzi había unos 5.000 documentos, que comprendían el archivo personal de Renato Dardozzi, del Opus Dei, muerto en el 2003. El monseñor había sido un consejero del secretario de Estado del Vaticano, Agostino Casaroli y después Angelo Sodano, para casos especiales. Su especialidad consistía en prevenir y ayudar a neutralizar aquellos asuntos financieros que podían transformarse en escándalos. «Asegurar que la creencia en Jesucristo y las actividades del IOR se correspondan», subraya Nuzzi. En otras palabras: protegerse frente a las personas que, con la complicidad de empleados o directivos del Vaticano, hacían un uso poco cristiano del banco papal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario